Nuevos aranceles, viejos manuales
Con el restablecimiento en 2025 de los aranceles sobre el acero y el aluminio y los nuevos derechos sobre los productos electrónicos chinos, muchos esperaban un claro aumento de los precios. Pero la realidad es mucho más estratégica que directa. Categorías como los teléfonos inteligentes han experimentado subidas de precios visibles, mientras que los electrodomésticos y los ordenadores se comportan con más cautela, algunos incluso abaratándose.
Esta divergencia apunta a una conclusión clave: los aranceles se gestionan, no solo se absorben. Los minoristas recurren a existencias antiguas, recalibran los umbrales de precios y responden de forma diferente según la elasticidad de cada categoría. La sensibilidad de los compradores parece estar impulsando la estrategia.
¿Estabilidad de precios u olla a presión? Cada categoría responde de forma diferente
En telefonía móvil, las subidas de precios son claras y constantes: Sólo Walmart experimentó un aumento del 34%. Con una gran demanda y promociones limitadas, esta categoría está soportando de lleno los costes arancelarios. Mientras tanto, los ordenadores se han mantenido sorprendentemente estables. Algunas marcas incluso están bajando los precios para seguir siendo competitivas, aprovechando las existencias previas a los aranceles y retrasando la transmisión de los costes.
En el sector de los electrodomésticos, el panorama se divide aún más. Las marcas de lavavajillas y frigoríficos de gama alta, como Miele y KitchenAid, están subiendo los precios estratégicamente, mientras que los fabricantes de gama económica se mantienen firmes. Minoristas como Home Depot están repercutiendo gradualmente los costes, pero Amazon y Walmart están utilizando existencias más antiguas como colchón, especialmente en lavadoras-secadoras, donde los fuertes recortes de precios sugieren una lucha por el volumen sobre el margen.
Las señales de alarma están aquí... ¿qué pasará después?
Puede que los aranceles aún no aparezcan en las estanterías de todas las categorías, pero eso no significa que la presión no esté aumentando. Las reservas de existencias son limitadas. Y a medida que las existencias más caras se abran paso en Internet, las marcas y los minoristas tendrán que decidir rápidamente: subir los precios, sacrificar el margen o reestructurar los surtidos.
Las señales ya están en movimiento. Algunas marcas aprovechan la inflación arancelaria para reposicionarse; otras aguantan. Y con los nuevos aranceles sobre los semiconductores en el horizonte, la estrategia de precios no hará más que complicarse a partir de ahora.
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